Wednesday, February 07, 2007

Brazil, la película

Realmente, no puedo decir que la vi.

Hace ya bastante tiempo alguien con quien yo solía ver películas la consiguió prestada y nos dispusimos a verla, pero probablemente yo estaba demasiado cansada o sin demasiadas ganas de ver pelis de culto y me quedaba dormida cada cinco minutos. Los últimos cuarenta fueron los peores: despertaba cada vez que escuchaba la clásica y archiconocida musiquita, creyendo que terminaba, pero, como es larguísima (o al menos así la recuerdo) había otra y otra y otra escena, llena de ochentosos colores chillones sobre fondos muy oscuros y personajes bizarrísimos seguramente muy interesantes. Buéh, algún día la veré.

Por lo poco que pude captar, es una película sobre la vida de un pobre hombre (Jonathan Price) atrapado en una inmensa máquina burocrática, en un puesto de tercera categoría, quien, si bien realiza su trabajo eficientemente, llega a sentir que la situación lo supera por completo. Se supone, entonces, que dicha burocracia encargada teóricamente de "mover" una infinita cantidad de cuestiones de diversa índole, las termina paralizando y anquilosando sin remedio. Y sin que a nadie le importe.

Pues bien, tras dos meses de intenso papeleo para presentarme a la famosa beca, (paradójicamente para ir a Brasil) y otros dos más de tramiterío después de ganarla, (pasaporte, seguro de vida, etc), ayer recibo, finalmente, la Carta de Aceptación de la universidad de destino.
Y justo un instante antes de firmar que la había recibido, mis ojos chocan con lo siguiente:

DNI: 31 . 551 . 971

Y ese sencillo 1 en lugar del 2 al final, me hizo inmediatamente imaginar la mosca cayendo adentro del teclado de la computadora de algun brasileño boludo que probablemente también tenía un dedo vendado y que tipea el último número de mi DNI incorrectamente.

"Que macana", dice el inepto nº 1.

"¿Qué puedo hacer?" , pregunto entonces.

Y allí, aparece la frase de oro, la más tremenda, la más implacable, proveniente de la inepta nº 2:

"ES QUE ESO NOSOTROS NO LO MANEJAMOS".

Y por fin, el inepto nº 3 (jefe de los dos anteriores) me dice:

"Y bueno, puede probar mandando un mail explicando el problema y pida que le manden la carta de nuevo".

A lo que el inepto nº 1 agrega, casi feliz:

"Y ojalá que te llegue, porque el correo del rectorado no funciona".

Además de todo esto, aún tengo que ir al escribano, a Córdoba a sacar la visa y a retirar el pasaporte.

En efecto, estoy llorando.

1 comment:

Joe said...

MAL FLASH