Wednesday, April 16, 2008

Fuck the recipe

Lo unico, lo que unía todas las cosas, lo que siempre había importado, era el método. Conociéndolo, mediante la teoría y la experiencia, y sumándole un coeficiente intelectual intermedio, las cosas básicamente funcionaban.
Había un método para todo. Para picar cebollas, para tender la cama, para limpiar el horno, para leer más rápido, para estudiar más en menos horas, para entender la guía T, para alcanzar el orgasmo, para conocer nuevos discos, para entablar temas de conversación, para vestirse bien, para parecer interesante, para pintarse las uñas, para conseguir un trabajo, para histeriquear, para aprender idiomas, para armar buenos porros, para bajar subtítulos, para subtitular, para caminar sexy, para manipular a los padres, para tener más amigos, para organizar las fotocopias, para ser una buena oficinista, para hacer una fiesta, para adelgazar, para ser superficial, para parecer superficial, para besar, para que los fideos no se peguen.
Había un método para elegir tema de tesis, paltas maduras, peluquero, zapatillas, anteojos, lentes de contacto, azúcar, edulcorante, buenas películas, lapiceras, marido, cuadros, libros, wok, estilo, perfume y lugar donde ir de vacaciones.
Pero no hubo, o al menos no pudo hasta el momento encontrar, un método para llevárserlo a pasar la noche en su casa, más que un par de vulgares frases sueltas, del tipo "quisiera ser tu actriz porno" o "estás más bueno que el dulce de leche".