Tuesday, September 19, 2006

DIRTY TALK*




Tengo la impresión de que hay una especie de mito que afirma que las mujeres, cuando nos juntamos “entre amigas”, hablamos todo el tiempo de hombres y de sexo. Sobre todo de sexo. Y si bien debo decir que, en primer lugar, tengo muuuuy pocas amigas a las que veo seguido y, en segundo, que casi no hablo de sexo con ellas, creo que hay cierto tipo de mujeres que ha llevado a que el mito parezca cierto. Lo que es real es una cosa: sean hombres o mujeres, la gente que solo habla de sexo es porque no tiene nada mejor de que hablar. “El sexo vende”, es muy cierto, y es un tema siempre jugoso que puede ser y es utilizado hasta el cansancio para impresionar a casi cualquier persona adulta, especialmente si es vulgar.

Es terrible descubrir cada tanto la existencia de esas mujeres que solo hablan de sexo, o sea, habiendo tantas cosas interesantes de que hablar (y por favor no crean que me estoy haciendo la superada o la “profunda”, me refiero de hecho a banalidades, pero DE OTRO TIPO) yo que se, la discoteca que tenía el sujeto en su casa, la sensación de irse juntos en un auto, o la tensión previa al “arreglotucasaolamía”… es decir, comparando con esas "pequeñas cosas" , resulta poco interesante y básicamente innecesario preguntar detalles tremendos acerca de la actitud sexual, la marca del forro, el tiempo que demoró o cuantas veces lo hicieron (y para qué hablar de las trilladas preguntas acerca del tamaño). Sobre todo porque la vida, let’s face it, no es Sex and the City y nadie que yo conozca se parece en lo más mínimo a Carrie Bradshow y muchísimo (pero muchísimo menos) a Samantha.


No obstante, los desagradables interrogatorios por parte de otra gente no son lo peor que a uno le pueda pasar, ya que siempre se puede hacerse el boludo, contestar con evasivas o aprovechar la situación para divertirse y ser deliberadamente sarcástico. Lo que sí es terrible en serio es que a uno lo tomen de punto para contarle con demasiaaaaados detalles todas esas cosas que uno, que no es un puritano cuáquero pero tampoco un imbécil, simplemente no quiere saber.

Hace unas semanas me encontré con una chica a la que no veía hacía varios meses y que, por alguna razón que todavía desconozco, (no soy rica, ni buena, ni demasiado interesante o comprensiva, y no recuerdo haber hecho absolutamente nada por ella) me adora y me vive diciendo que soy una de sus mejores amigas, cosa que me incomoda sobremanera. Como dije, hacía meses que no conversábamos, y me ilusioné cuando me llamó para que nos viésemos, ya que solía divertirme bastante con (y a expensas de) ella.


Así que fui después de clases a su bonito departamento de barrio norte, donde estaba con su novio (un sujeto que en los primeros diez minutos me preguntó de que marca eran mis zapatillas y cuanto pagaba de alquiler), su hermana y su prima (una chica igual, pero igualita a Britney Spears) ambas de dieciocho años. Cuando llegué, agotada de caminar con cuatro libros pesados en mi sucio bolso, obviamente despeinada y con el delineador que me había puesto doce horas antes casi inexistente, saludé educadamente, pedí un vaso de agua y me senté en el único sillón libre del living. El novio, gracias a dios, se fue rápido y las chicas retomaron su conversación: hablaban de jeans y yo, que solo tengo tres y bien comuncitos, no tenía realmente mucho que aportar. La chica igual a Britney decía que “no hay nada como los Ricky Sarkany” pero mi amiga afirmaba muy seriamente que a ella, “que tiene poco culo”, le quedan increíbles los Rapsodia. (Yo estaba aprendiendo que había una marca que se llamaba así y me imaginé graciosos vaqueros con push up en las nalgas). Todo esto tenía de fondo un disco de Sabina que cada tanto era tarareado por alguna de las chicas, mientras otra decía que “Es un poeta increíble. Muchísimo mejor que Arjona” (bue, por lo menos coincidíamos en que alguien es mejor que Arjona).

Cuando ya empezaba a aburrirme como un hongo y me había fumado tres cigarrillos, la conversación tomó otro rumbo. La hermana de mi amiga empezó a hablar de anticonceptivos. Su novio, que no vive en la ciudad y a quien ve bastante poco, le había dicho que las pastillas eran lo más seguro, pero ella temía que en realidad el no quisiera usar preservativos por comodidad (¿?).

Se armó una gran discusión hasta que saltó el tema de la virginidad y lo importante que era sentirse respetada por “el primer hombre al que te entregues” (textual, les juro, textual, y yo que no escuchaba ese término desde la telenovela María la del barrio en 1994). Pero hasta ahí la cosa era bastante tolerable. Lo feo feo empezó cuando la chica igual a Britney nos contó una terrible experiencia de eyaculacion precoz con él (digamos, su novio) por estar este en estado de ebriedad (los detalles, que eran muchísimos, me los perdí. Solo imaginaba a Britney Spears cogiendo con Barney de los Simpson). Luego nos confesó, sin demasiados problemas, que solo había tenido dos orgasmos en su vida. Mi amiga dijo que era bastante normal, que el sexo iba mejorando cuando uno se hacía mas grande, y me miró buscando coincidir, por lo cual afirmé (sin coincidir) con la cabeza. Pero después aclaró que con su novioelmaterialista de hace seis meses solo había tenido cuatro orgasmos, “y después de mucho esfuerzo”. Entonces pasó a aclarar en qué consistía exactamente el esfuerzo. También nos contó las posiciones, las técnicas y las fechas en las que dicha sucesión de sucesos había sucedido. Yo sentí lástima por ella, claro, eran tan poquitos, como no los iba a recordar. Pero luego mi sensación cambió y dicha lástima se transformó súbitamente en una densa repulsión: la muchacha empezó a hacer confesiones respecto a cantidades y calidades de todo tipo de cosas... y a continuación las diferencias entre los orgasmos afuera y adentro. Las jovencitas no le sacaban los ojos de encima, y solo faltó que alguna de ellas tomara un cuaderno y un lápiz y se pusiera a anotar los numerosos tips (probablemente sacados de la Cosmopolitan del mes pasado que encontre en el baño).

Fue entonces que se me nubló la vista y (felizmente) se me taparon los oídos. Solo atiné a encender un cuarto cigarrillo y a ponerme a hojear la revista del cable.

* Sé que esta expresión es usada generalmente para describir las cochinadas que la gente se dice antes de y durante el acto sexual. Pero, para relatar lo desagradable que me resulta la gente que habla/pregunta demasiadas cosas acerca del sexo “solo por curiosidad”, no se me ocurrió un mejor título.

10 comments:

kagrim said...

muy bueno el texto, este y los otros... humor acido, intelectual, refrescante...
muy interesante, felicitaciones

joAco said...

largo, che. un placer, pero largo. podría comentar que fue "tántrico" dadas las caraterísticas del texto, pero sería un humor poco snob, usted sabe.

es chistoso que, a pesar que es bien sabido que a los hombres nos encanta hablar de sexo, los comentarios sobre tamaños y formas se agotan rápido, y lo más interesante para conversar es la previa del "arreglotucasaolamía".
porque es bien sabido que los hombres nos creemos los cazadores, y lo que nos hace más machitos es en realidad el como uno se engatuza a la mina, y no como se la voltea.

el novio de tu amiga también usaba cinturón? tus amigas tienen mal gusto che.

y por cierto, yo no creo que "alguien" sea mejor que arjona. yo creo que "todo el mundo" es mejor que arjona. y sobre sabina vamos a conversar la próxima vez.

Un abrazo

Anonymous said...

Estarás en contra del mito de que las mujeres hablan todo el tiempo de sexo y sólo de sexo, pero en tu texto ratificás dos mitos cercanos a ése:

1. Que las mujeres, cuando hablan de sexo, son precisas, detallistas, técnicas y extremadamente descriptivas. A menos que se esté hablando específicamente de un problema puntual y personal, un grupo de varones jamás entrará en ese nivel de detalle.

2. Que las personas que hablan sólo de sexo y siempre de sexo, inevitablemente es porque tienen serios problemas con el ídem.

Anonymous said...

hola

llegué a este blog por un comentario que dejaste en el de un amigo, me pareció todo muy simpático, aunque no pude leer mucho. tengo que volver a trabajar. es una pena no tener el mío propio para poder agregarte y que seamos "amigos por siempre" y para toda la eternidad y me regocije con tu "humor ácido, intelectual y refrescante".

una verdadera pena.

Delirante said...

Jaja! Habiendo tantos temas para hablar... hablan de eso.

A veces lo incómodo no es que te consideren de sus mejores amistades, sino no sentir lo mismo...

Saludos :)!

Dolly said...

Ah, ¿entonces la vida no era un eterno Sex and the city? Devuélvanme el dinero de mi entrada!

Anonymous said...

El sexo vende mas que el paco en la villa XXI o el popper en recoleta... Es asi, si queres salvar alguna charla del aburrimiento los temas polemicos por excelencia son: politica, religion y sexo (y futbol si la charla es solo entre hombres).
Como te decia el otro dia, los hombres son como los cavernicolas, cuando hablamos de sexo lo hacemos con nuestro viril orgullo, tratando a la mujer como a una presa que cazamos o una tierra que conquistamos, sin mecionar las grandes historias como "sali con ella y su hermana" mientras se consume algun brevaje con alcohol (cerveza, preferentemente).

Un beso loca, nos vemos (si soy ale b por si no te diste cuenta)

Anonymous said...

el feminismo y la izquierda en general suelen criticar a la pornografía por considerarla un género cinematográfico machista que no hace más que denigrar a las mujeres. Pero el problema no es del género (hay dibujos animados muy fachos y machistas) si no del tipo de películas pornos que suelen hacerse, que por lo general si son machistas y denigran a la mujer, pero eso no significa que no se puedan hacer (y seguro que hay) pornos en donde lo que se muestra respete a la persona y no muestre al sexo como una forma más de dominación. Si no, habría que decir que el sexo es malo en escencia.
Me parece que lo mismo pasa con "charlar de sexo". Si tu única forma de hablar de sexo es regodeandote de las debilidades o peculiaridades de los otros y te sentís poderoso/a con eso, o sos machista o lo que sea, seguro que va a ser horrible charlar de sexo, pero si lo tomás de otra forma con respeto y cariño, charlar de sexo puede ser tan interesante como charlar de cualquier cosa: discos, fútbol, películas, política, sentimientos, etc

Hernan said...

Ir a alquilar una porno es algo bastante vergonzoso, en el video hay un tipo, un tipo que esta laburando, digno, y que no ve porno, y si ve es por el trabajo. Y entonces cuando estas ahí tenés que demostrarle al empleado que no sos un pajero, que no sos virgen, que sí te acostás con minas, con todas las que querés y que te alquilás una porno porque ninguna mina de las que hay en Tucuman puede satisfacer tus modernos y complejos deseos. Y eso hay que demostrarlo al decir una sola frase, tenés una sola oprtunidad, si le pifiás ya sólo podrias embarrarla y terminar saliendo con la cabeza gacha.
"¿y si llevo estas dos va otra gratis, no?"

theremin said...

ale b: obvio que se quien sos.

Gercho: no me molesta que la gente hable de sexo para sentirse poderosa o algo asi... en general lo que mas me molesta es (tal como dije en el post) la gente que solo habla de sexo o la gente que expone demasiados detalles acerca de sus interesantes o no experiencias. Me molesta sobre todo porque me parece que lo hacen para hacerse los cool o llamar la atencion de una manera obvia.