Friday, November 10, 2006

La sessantina



Bien parecido, trabajador, inteligentísimo, estoy casi segura de que ya nunca voy a conocer un chico como él.

Tuvo una vida extraña y peculiar.

A los cinco años, él y su familia emigraron de España.
A los diez, tras regresar de la escuela donde compartía con su hermana una caja de seis lápices (pero no La Razón de mi Vida, porque cada alumno tenía que tener el suyo) trabajaba haciendo los repartos de una sastrería.
A los quince, se dedicaba a armar zapatos de lunes a viernes, lo que le daba una buena cantidad de dinero. Lo usaba para ayudar a su familia y darse gustos de adulto, como bailes barriales, noches de tango, cigarrillos caros y tardes eternas en el hipódromo de La Plata, a donde iba, desde Quilmes, en tren.
A los dieciocho se fue de su casa. Dejó una nota escondida y partió hacia Mar del Plata. Estaban llegando los setenta, y ese verano pudo ver a todas las actrices de teatro de revistas posar para las cámaras en las playas, y a Carlitos Balá dando sus primeros pasos como animador de niños, aunque, cual Krusty el payaso, los puteara cada vez que no estaba en el aire.
Pocos años después, decidió buscar nuevos rumbos y, a fines de diciembre, se fue a trabajar a Bariloche por tres meses, y se quedó mas de treinta años. La primera noche lavó platos hasta las tres de la mañana en “El Chancho Negro”, la única pizzería alfombrada del país. Decidió que eso no era para él.
Al día siguiente las cosas mejoraron: consiguió trabajo de adicionista en Llao Llao, el hotel cinco estrellas más prestigioso de la ciudad. Allí, cuatro días más tarde, pasó la fiesta de Año Nuevo más lujosa que hubiera visto jamás. Trabajó y vivió en ese hotel durante siete años. Conoció a quien sería su mejor amigo y salió de parranda todo lo que pudo, casino, Grisú, scotch con hielo. Llegó a tener hasta tres novias a la vez, bueno, eran otros tiempos, las distancias eran largas y no existía tal cosa como el mensaje de texto. Hoy, algo así sería imposible.
Tras dejar el trabajo en Llao Llao, para tener su propio restaurante y trabajar más tarde en otros hoteles, decidió volver a Mar del Plata un verano. Ya estábamos en el año 1984, y él tenía cuarenta años. Una semana antes de volver conoció a una mujer quince años más joven. Se casaron casi inmediatamente. Fueron a vivir a un monoambiente donde nació su primera hija, y luego se construyeron una casita mínima cuando nació la segunda. Emigraron a España en el 90, vivieron cuatro años allí, pero se volvieron a Bariloche. Las niñas crecieron y se hicieron adultas. Se fueron a estudiar fuera de la ciudad, muy lejos de sus padres. A los cincuenta años, compró su segundo negocio gastronómico donde todavía trabaja, todos los días, muchas horas.
Sus días son rutinarios, llenos de actividades.
Los martes se queda en su casa, haciendo algún trabajo que tenga ganas.
Y a los sesenta y dos años, y tras pensarlo durante muchísimo tiempo, lo decidió. Lo decidió y no estaba dispuesto a echarse atrás. Era necesario, lo haría finalmente, qué importaba lo que dijeran.

Se compró una moto.

MI PADRE, se compró una moto.

21 comments:

joAco said...

tu viejo es un groso.

es la clásica crisis de los 60... a todos les toca.

yo said...

no puedo morir sin antes conocer una pizzería alfombrada.

Anonymous said...

yo vomité en una pizzería alfombrada a los 16 años.

tenía forma de castillo y al lado había una calesita y otros juegos.

quedaba sobre una avenida, y al frente, en la platabanda, había una cucha y un pluto de madera que anunciaba que ahí tenían juegos infantiles.

el mozo y otro tipo, quizás el dueño, me trataron con mucha dulzura.

quizás porque vieron que intenté vomitar sobre mi mano para no manchar su alfombra.

IIH Leoni Pinto said...

En fin, dos cosas: 1)la otra vez estaba delirando que enorme cantidad de "casualidades" ocurrieron para que se conozcan mis viejos ,algo muy parecido a lo que paso con tus padres;es decir que nuestra existencia es de puro pedo. Y 2)que genial que le venga un arranque de liberacion a tu viejo; pero me pregunto cual sera el proximo paso? que haces si te vienen a visitar tus viejos y te comentan que estan probando nuevas experiencias y decidieron hacer swinger con los vecinos???? ^_^

Hernan said...

Es que claro, hay formas y formas de vomitar. Hay gente que vomita y parece que está vomitando encima del mundo entero, sin ninguna preocupación, y otros que somos capaces de tragárnoslo para no molestar...

que palabrota: "tragárnoslo"

(yo estuve ese día... Cuando gercho me hace reír y no es su intención me siento medio obseno. Ese día me reí y no era su intención.)

theremin said...

si si, ahora mi madre dice que se va a hacer un tatuaje, cosa que no se cree ni ella...

Anonymous said...

Querida Hermana, te faltó un detalle. Ante la decepción de no conseguir la moto en el primer intento, ahí mismo se compró una motosierra.

Anonymous said...

pero recuerdo que unos minutos antes de vomitar hice un comentario gracioso sobre un perro que pasaba por ahí.

Hernan said...

a veces cuando recuerdo cosas de hace muchos años, 10 por ejemplo, me parece que son cosas que todavía pueden pasar y ser similares, con las mismas frases, gestos y risas. Aunque en esa época eramos inmaduros, no teníamos sexo y lucho hoyos trataba de convencernos que nos dedicáramos al folklore intelectual.

Anonymous said...

a ver , al principio decís que nunca vas a conocer un chico así, inteligente y trabajador. ¿Pero no era que te gustaban los nerds con camperas retro?

joAco said...

che, pendeja.
andá a leer mi blog, querés?

theremin said...

Discolo: interesante observación... que te puedo decir, mirá: los nerds me gustan o me gustaron porque yo también lo soy un poco y me siento comoda con ellos (mucho mas que con deportistas y gente así, para la cual por otra parte debo ser la mujer mas fea del mundo). En cuanto a las camperas retro... ya no me llaman la atencion desde que descubri que cualquier pelotudo puede tener y tiene una o varias.

Hay cosas que antes me seducían mucho más pero de las que me terminé saturando bastante. Todo termina siendo hartante, al menos para mí y al menos por ahora. Actualmente me siento más atraída por la elegancia discreta, el buen sentido del humor y la inteligencia verdadera y serena. Ah, tambien me gusta la gente triste ultimamente, no se que me pasa jajaja... bueno, No se si se entendio. Igual no quiero seguir hablando o voy a terminar diciendo quien es el "chico" que me gusta, bastante parecido a mi padre lamentablemente.

Anonymous said...

che, ¿pero desde cuando la gente se divide entre nerds y "deportistas y gente así"??

y las camperas: o sea que lo que te gusta es la gente que tiene ropa que nadie tiene, en su momento caperas retro.

theremin said...

Tal cual. Ropa que nadie tiene. Pero mejor si tiene ideas que nadie tiene.

Y cuando dije deportistas... perdon, quería decir rugbistas.

Anonymous said...

a ver vieja, (y espero una buena respuesta o no entro más)¿me estas diciendo que en el mundo no hay mas que rugbistas y nerds?...¿y Mirtha Legrand que vendría a ser?

theremin said...

creo que la siguiente cita de Mirtha Legrand puede contestar tu pregunta: "No solo soy rubia por fuera, también hay que ser rubia por dentro".

Mirtha Legrand es rugbista. Sin dudas. Y si no quiere entrar más, good night and good luck.

Anonymous said...

bien , esta bién, bien con lo de mirta, pero aver....y no me sale nada y hay tantos.............................a ver, Gorriarán Merlo, ¿nerd o rugbista? ...(bueno algo de nerd tenía)... aver...ya está: Maradona, ¿que es?...ahí te cagué. Gracias Diego.

Anonymous said...

"good night and good luck", jajajajaj,no había leido eso, aaajajajajaj

theremin said...

gorriarán merlo: nerd.
maradona: realmente esta dificil... su drogadiccion es digna de un intelectual de la clase alta y sus habitos de nuevo rico son definitivamente de un rugbista.

Tal vez habría que hacer un ejercicio cuasi cortazariano e inventar una tercera categoria. Despues de todo, el tambien se tuvo q dar cuenta de que habia gente que no entraba en la categoria de cronopio ni en la de fama. Entonces invento los esperanzas.

(Responda asi llego al record de 20 comentarios)

caca said...

Te hago llegar a veinte.

La verdad que muy lindo el blog, por cómo está contado y por las cosas que contás.

Anonymous said...

yo también viví muchos años en Bariloche y me animaría a decir que lo curioso no es que tu viejo se haya comprado una moto a los 60 años. Si no que, lo curioso, es que la compre para usarla en Bariló, donde hace frio durante 8 meses seguidos, suele llover durante 20 días sin parar y corre viento todo el tiempo salvo, digamos, 30 días al año.
tu padre es un valiente o usa la moto en el living.