Thursday, April 19, 2007

and i´m going to be forty!

El primer semestre del año pasado, fue de intercambio a la UNT una chica llamada Juliana (se dice Giuliana, o Yuliana). Y si bien éramos compañeras en una materia (Argentina II), ella se empezó a relacionar con gente que me desagrada (L. y su banda de justicieros de cartón), motivo por el cual nunca establecí ningún tipo de relación con ella. Nunca supe donde vivía en Tucumán ni de que parte de Brasil era. Es más, creo que no sabía su nombre. Eso es tan yo.
Un año después vine a parar a su ciudad y a su universidad. Y ella sí se acordaba de mí y sabía mi nombre, cosa que me avergonzaba sobremanera.
Y como probablemente sea mucho mejor persona que yo, no tuvo en cuenta el hecho de que yo no le hubiera hablado nunca cuando era ella la extranjera, y en muy poco tiempo nos hicimos amigas (todo aquí parece suceder en muy poco tiempo). Somos compañeras en Historia do Brasil III y fuimos juntas a un par de fiestas con "cachorros quentes" y cerveza a precio irrisorio.
Anteayer me la encuentro a la salida de la biblioteca, ambas cara de orto. Yo tenía parcial ayer y ella tiene que entregar el tema de su proyecto de investigación final la semana que viene. Decidimos tomar rápidamente un café (el café de acá es demasiado rico, en serio) y la conversación académica terminó, de golpe, deviniendo en "yo lo que quiero es hacer cualquier tema fácil para sacarme de encima esto, entregarlo, recibirme y empezar otra cosa". Si bien hay días en que creo que odio la historia, semejante afirmación me pareció extrema y triste. Su argumento, válido por cierto, era más o menos el siguiente: "no quiero pasarme la vida leyendo, escribiendo, leyendo, escribiendo. Por qué? Para quién?".
Y yo, para que se relaje un poco, y para no tener que odiarla, le dije que bueno, que yo tampoco estoy segura de querer pelearme en el mundo académico toda mi vida, y que además me interesan tantas cosas que a veces quisiera haber estudiado otra cosa, desde periodismo hasta ingeniería industrial. A lo que ella responde:
_Si, a mi me pasa lo mismo. Pero bueno, todavía podés hacerlo, sos muy joven. Yo ya me tengo que recibir, tengo 23 años, vos cuantos años tenés?
_21._ Contesté.
Mientras la cajera me cobraba el café, me di cuenta de que... HABIA MENTIDO MI EDAD POR PRIMERA VEZ!!! Y lo peor es que no lo pensé ni quise mentirle. Simplemente pensé que era así, que tenía 21 años.
Lo más patético del asunto es que, diez minutos después de terminada la conversación, ya no podía decirle "no, mirá, me equivoqué y no sé ni cuantos años tengo".
Asi que quedó como que tengo 21, nomás.

8 comments:

joAco said...

lo peor de todo es que no me acuerdo si tenés más o menos de 21...

lo cual demuestra cuanta importancia le doy yo también a la chusma que pulula a mi alrededor

IIH Leoni Pinto said...

Mira vos, sos compañera de Juliana, creo q habre intercambiado un par de palabras con ella el año pasado, pero bueno, como bien decis, cultivo amistades bastante insoportables.

betty said...

jaja, es verdad, uno se aleja de las malas compañías....aunque dejes a tus amigos en el medio.

lombriza said...

Nossa! yo pensaba que la minita era de san pablo.

tampoco crucé palabra con ella pero si sabía que su nombre era giuliana dos santos o algo así, tenía como 25 nombres me acuerdo.

lombriza said...

putaaaaaaaaaaaaa, a veer cuando das señales de vida!! ni me contestaste!! ni comentase!! ni nada!! viajas o no viajas... ahora me vas a cambiar por la EX DE LUCAS FONT!!!!!!!!!!!!! NOSSA SENHORA!!

Anonymous said...

Eso sono muy ofensivo e irritante...muy propio de usted señorita.

lombriza said...

Anonimo: (solo si era para mi, si no era para mi solo estoy confirmando lo que todos piensan)
gracias, estudio para ser ofensiva e irritante, estoy haciendo maestrado.

(a ver si nos metemos en los asuntos que nos competen o por lo menos firmamos los comentarios)

theremin said...

joaco: no tengo 21, ese es el punto. De todos modos estoy peleada con vos.

Nan: si, tiene dos nombres y dos apellidos (como yo!) y no, es gaúcha la señorita. Ya te mande un mail. Ah, y DESMITIFIQUEMOS: nunca pasó nada con Lucas Font. Solo eran amigos. Si es una chica inteligente, por favor, (ahora lo sé).

Anynomous: aunque está claro que ser ofensivo e irritante ya esta demodé, nos divierte ser medio retro y seguir haciendolo. Y ya estoy medio acostumbrada a los comments anonimos cuyos autores, tras meses de misterio salen a la luz. Y no es para tanto la verdad.