Como mi vida marcha de mil maravillas y me esperan los mejores cuarenta días del intercambio (y por qué no del año), me parece poco apropiado hablar al respecto, cuando el planeta está repleto de gente triste. Es por ello que, una vez más, voy a criticar gente, no por diferente, sino sencillamente por imbécil.
Me levanté maldita y voy a hablar de Portugal o, mejor dicho, de losportugueses.
Hace como dos meses, el señor rector de la UFRGS (recuerden: Urguis) nos invitó a una presentación de estudiantes de intercambio de todo el mundo, seguida de ágape. (Realmente es pertinente hacer un paréntesis para referirme al mismo, una cantidad descomunal de bocaditos de frango con catupiry y aceitunas negras, pequeños brownies, pastelitos con ricotta, nueces y azúcar rubia, etc. G. se quejó varias veces de que no había champagne. De todos modos, ese día comimos demasiado). En dicho evento, como soy una superficial, rápidamente me llamaron la atención tres jóvenes, dos chicas y un chico. Caras raras, mucho pantalón ancho, mucho arito en la boca, mucho Ray Ban, mucha remera multicolor superpuesta. Eran portugueses, y desde ese día, para todos nosotros, losportugueses. El muchacho, la linda y la petisa. Estudiantes de Ciencias Ambientales (sin comentarios).
Esa noche nos juntamos como veinticinco personas de muchos países a tomar unas cervezas después del convite. Esta galera portuguesa vino con nosotros, y la verdad es que en un principio me cayeron bien (repito, porque soy una superficial y me pareció que tenían onda). Después de ese día, durante los sucesivos encuentros que tuvimos, (que tampoco fueron muchos) la verdad se me fue revelando: son unos imbéciles. La linda, contra todo lo que nos dice el cliché, es la más inteligente y agradable, y su supuesta bisexualidad con la que decidimos hacernos la cabeza me agrada bastante. Los otros dos, meu deus, no quiero ni pensar en sus hijos.
En primer lugar, nadie les entiende cuando hablan (ni siquiera los brasileros), dado que lo hacen a alta velocidad, riéndose permanentemente y sin abrir demasiado la boca para emitir los sonidos. Nena, pensá un segundo, si le estás hablando a alguien que no habla tu mismo idioma y no te entendió lo que le dijiste, no le repitas lo mismo a la misma velocidad y en el mismo tono, porque no estás resolviendo el problema de comunicación.
En segundo lugar, cada vez que uno le dice algo en español a otro hispanohablante, la muy pelotuda se ríe y lo repite en su precario español como si uno fuera un comediante o un monito chistoso. No entiendo sinceramente qué le encontrás de gracioso al segundo idioma en número de hablantes nativos en el mundo. Sin mencionar que es mil veces más complejo que el tuyo, en el que todo es "bonito" o "legal". Por favor.
En tercer lugar, cuando un brasilero les comenta (como podría hacer un argentino con un mexicano o un español) que les parece muy raro su sotaque (acento) losportugueses se retuercen de la risa, haciéndoles acordar que "el verdadero idioma es el nuestro. Sotaque tendrás vos que eras colonia". No te das cuenta enfermo que eso pasó hace cerca de doscientos años y que hoy por hoy el único país importante en el que se habla tu idioma es Brasil. Podrías respetar un poco más a las personas gracias a las cuales tu maldita lengua romance no desapareció de la faz de la tierra.
En cuarto lugar, esta gente está totalmente indignada con la hermosa ciudad de Porto Alegre, en la cual "hace mucho frío y no hay playa". También afirmaron en más de una ocasión que por el mismo motivo no piensan ir a Buenos Aires. Más allá de los gustos personales de cada uno, a mí me encanta el frío, el invierno y las ciudades, la pregunta es: portugués, no podías agarrar un mapa antes de partir para América Latina? No podías poner "Porto Alegre" en Wikipedia antes de subirte al avión? Y, por otra parte, no es por metida pero... la idea de hacer un viaje no es justamente ver cosas diferentes de las que ves todos los días? Digo, si querías vivir en un pueblito de playa, por qué no te quedaste en tu casa, eh? por qué?
Posteriormente, me enteré que los portugueses son para los brasileros lo que los gallegos son para los argentinos. Es decir, gente inadaptada y bruta, acerca de la cual se hace toda clase de chistes.
Lo más triste de todo el asunto es que ellos siguen viniendo, invitándonos a salir, convencidos de que somos amigos. Tal vez tenga que ver con que soy la única verdaderamente harta de estas personas. La mayoría de mis roomates afirman que "son piolas". Yo no podría nunca decir eso de gente con quien no pude mantener una conversación. Juro que hablo portugués e intenté, pero la última vez que lo hice, cuando comenté que no iba mucho al teatro porque no entiendo bien lo que dicen los actores, me contestaron muy seriamente: "eso es porque hablan en brasilero". Ubicate! Venís del cuarto del fondo de la Unión Europea*, hablás un idioma que no tiene publicaciones y estudiás una carrera de mentira! Para colmo tu novio es un imbécil, a vos se te ven las encías y no tenés mentón! Ubicate nena!
*Nota del autor: también me molesta terriblemente que hayan recorrido Europa tantas veces que no sepan la diferencia entre Viena, Berlín y Luxemburgo. Pero creo eso es de envidia nada más.